La interpretación heideggeriana de la muerte de Dios que comprende no sólo a Nietzsche, sino el conjunto de la filosofía moderna, entraña la esencial significación de un movimiento según el cual la metafísica llega a ser superada. En palabras de Heidegger, después de Nietzsche a la filosofía sólo le queda pervertirse y desnaturalizarse, de modo que ya no se divisan otras posibilidades para ella. Esta superación apunta a la consumación de la onto-teología en cuanto marca fundamental de la metafísica, de la cual Hegel habría ofrecido su exposición más radical al imponerle a lo absoluto la medida del concepto. La muerte de Dios evidenciaría según ello lo que Jean-Luc Marion ha sabido denominar la idolatría del concepto. El texto examina la mue...